Sin justicia, no sanarán las heridas

Giannina
4 min readApr 25, 2020

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Sobre dar refugio a jerarcas chavistas (conspiraciones tuiteras en el 2018)

ejemplo de memoria frágil criolla

AYER

Es justo y necesario para dar fin a una historia sin aparente fin.

Hay que salvar la vida de muchos venezolanos que peligran por la falta de comida y medicinas.

Hay que parar la migración masiva que ya empieza a estorbar (económica, social y culturalmente) a los países de acogida.

Una decisión política. Una de Realpolitik. Pero como toda decisión política, alejada de otras esferas que no domina: la justicia y la historia, y por tanto, condenada al fracaso.

Así, ese plan surgido a punta de pura especulación tuitera, el de dar refugio a jerarcas chavistas a través de la figura de asilo político -irónico- en países receptores, da una solución eficaz al fin del problema, pero no una solución eficiente. Venezuela sería libre políticamente, pero no sería libre de sus heridas producidas por la injusticia.

Los malos se saldrían con la suya. Llenos de dinero y sin responsabilidad política y legal de sus acciones. - Qué Tribunal sería eficaz juzgando a quien que no se encuentre en el país, o podría confiscar bienes en el extranjero, entre otras cosas- .

Entonces, el mensaje unísono que podría transmitirse a todo individuo sin moral tentado a repetir la historia, es que nunca habrá justicia, y por tanto historia digna de ser repetida. Esto, sumando el descontento y resentimiento de las víctimas, quienes aún seguirían lidiando con las consecuencias de las acciones perpetuadas por sus verdugos mientras recuerdan que el mundo es de los vivos.

Lamentablemente, todo esto -en parte y más- es producto de carencia de la memoria a largo plazo, y así se ha dejado ver en estos 18 años. Se ha hecho la vista gorda con respecto al pistolero de puente Llaguno; Ismael García, santificado de la noche a la mañana solo por pasarse de bando. La fiscal general Luisa Ortega Díaz, solo por no firmar un acta de designación a las apuradas de unos Magistrados del Tribunal Supremo de justicia, como si supiera que solo una cosa buena tenía que hacer para que todos los males perpetuados se borraran en un instante. También, el salta talanquera de Henry Falcón, la defensora del puesto Gabriela Ramírez, el ex presidente de PDVSA Rafael Ramírez, entre otros nombres que la memoria frágil criolla -o por conveniencia- ha olvidado.

Está claro, que fallar es de humanos, pero reconocerlo es de dignos, y hasta donde se sabe nunca hubo un reconocimiento expreso de arrepentimiento por parte de estos seres humanos. Simplemente, se limitaron adelante como si nada hubiese pasado. “ A lo hecho, pecho”.

HOY

Como buen plan conspirativo tuitero, nunca se dio el plan de dar asilo político a chavistas a cambio de que soltaran el poder, o por lo menos para renombrados funcionarios y no de forma conjunta y masiva, sino a cuenta gotas. Ya que la realidad es que jueces, fiscales, ex funcionarios que astutamente lograron huir, y mal usar la figura del asilo político, y hoy por hoy, se encuentran “gozando” de los privilegios de ser un una persona migrante con papeles en países como Estados Unidos.

Jugaron el último comodín que le quedaba; el de papel de víctimas. Es decir, hasta eso se llevaron, el título de víctimas. Por tanto, nunca se arrepintieron, y la heridas continúan para las verdaderas víctimas, que seguro no cuentan con los recursos para si quiera asesorarse sobre una hipotética solicitud de asilo político en algún país de acogida.

Independientemente de, actualmente existe un gobierno legítimo de transición que convive con la dictadura de forma paralela, que podría dedicarse a la reconstrucción de la memoria frágil histórica de los últimos 20 años, con el fin de tener un prólogo hacía el futuro, y no pisar sobre mojado. Así como tener registrado el hecho y guardadas las pruebas necesarias para cuando estén dadas las condiciones, realizar los juicios que conduzcan a sancionar a los actores de esta tragedia.

El problema es que ellos son parte de esos 20 años. Pero tal es la desidia y la impunidad que ni siquiera por conveniencia son capaces de reescribir la historia exonerándose así mismos.

En fin, las élites política sigue chapoteándose sobre la sangre producto de las heridas de las víctimas por conveniencia, desidia, impunidad, quién sabe.

Sin justicia no sanarán las heridas. Sin justicia, no hay democracia ni gobernabilidad. Además, si el resentimiento sigue siendo motor de las pasiones criollas, seguiremos eligiendo vengadores al poder y no gobernantes.

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Written by Giannina

Una equis con sabor a Trululú.

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